Hoy en día existe una moda que consiste en hacer contraexplociones con las motos.
No sé mucho acerca del tema, pero imagino que estas personas (con perdón al género humano), le deben colocar algún aparatejo al caño de escape, para que haga ruido a explosión cuando aceleran.
Muchachos, que les pasa por la cabeza?
Nos encargamos de hacer un análisis de los perfiles de estas personas (vuelvo a pedir perdón) junto con el ARMAR (Asociación de Ruidos Molestos y Ayuda al Rengo).
Un primer perfil nos habla de una persona cuyos padres son vendedores de cuetes para fin de año. Esta persona desde la cuna que vive escuchando como sus padres probaban los pequeños explosivos en el patio de su casa ó en el living/comedor, a veces para alcanzar mayor sonoridad los detonaban en el bidet del baño.
Un segundo perfil nos habla de personas que crecieron viendo películas de acción (mucho tiro, bomba, metralleta), sentados al lado de sus padres, con mamadera llena de leche más unas gotitas de ron (de 3 meses a 3 años), jugo suin poco diluido (de 3 años a 11 años) y bebidas alcohólicas baratas y/o caseras (de 11 años en adelante).
Un tercer perfil nos habla de una persona que creció jugando a los autitos y leyendo cuentos infantiles dentro de un bombo de batería cuando estaban ensayando con la misma.
Un cuarto perfil nos habla de una persona que acompañaba a sus padres clases de tiro en donde había un único protector auditivo para todos los practicantes. Obviamente el protector nunca le tocó a esta persona.
Un último perfil nos habla de un domador de caballos. En este caso los caballos fueron criados a base de brócoli y coliflor. Cuando el domador taconeaba la panza del equino, este habitualmente pedorreaba violentamente.
Estamos viendo en conjunto con el BARDO (Bibliotecarios Argentinos Ruidosos y Devoción a la Ortiga) de encontrar posibles soluciones a estos molestos ruidos, algunas ya se nos ocurrieron:
Identificar las motos ruidosas y colocarle un corcho en el caño de escape.
Hacer reuniones masivas donde al grito de "Que explote el motor" invoquemos a San Siambreta para que haga realidad nuestro mantra.
Colocar detergente en los caños de escape, esto silenciaría las explosiones y además quedaría más bonito ver pasar una moto arrojando burbujas e intercambiando el ruido de PUM PAM RATATA PUM por PLOP PLOP PLOPLOP.
Pegarle unos martillazos al caño de escape para dejar la salida tan chiquita que solo pueda escucharse como el zumbido de un mosquito.
Quiero que se queden tranquilos que ARMAR, BARDO y yo nos estamos ocupando del tema.
No sé mucho acerca del tema, pero imagino que estas personas (con perdón al género humano), le deben colocar algún aparatejo al caño de escape, para que haga ruido a explosión cuando aceleran.
Muchachos, que les pasa por la cabeza?
Nos encargamos de hacer un análisis de los perfiles de estas personas (vuelvo a pedir perdón) junto con el ARMAR (Asociación de Ruidos Molestos y Ayuda al Rengo).
Un primer perfil nos habla de una persona cuyos padres son vendedores de cuetes para fin de año. Esta persona desde la cuna que vive escuchando como sus padres probaban los pequeños explosivos en el patio de su casa ó en el living/comedor, a veces para alcanzar mayor sonoridad los detonaban en el bidet del baño.
Un segundo perfil nos habla de personas que crecieron viendo películas de acción (mucho tiro, bomba, metralleta), sentados al lado de sus padres, con mamadera llena de leche más unas gotitas de ron (de 3 meses a 3 años), jugo suin poco diluido (de 3 años a 11 años) y bebidas alcohólicas baratas y/o caseras (de 11 años en adelante).
Un tercer perfil nos habla de una persona que creció jugando a los autitos y leyendo cuentos infantiles dentro de un bombo de batería cuando estaban ensayando con la misma.
Un cuarto perfil nos habla de una persona que acompañaba a sus padres clases de tiro en donde había un único protector auditivo para todos los practicantes. Obviamente el protector nunca le tocó a esta persona.
Un último perfil nos habla de un domador de caballos. En este caso los caballos fueron criados a base de brócoli y coliflor. Cuando el domador taconeaba la panza del equino, este habitualmente pedorreaba violentamente.
Estamos viendo en conjunto con el BARDO (Bibliotecarios Argentinos Ruidosos y Devoción a la Ortiga) de encontrar posibles soluciones a estos molestos ruidos, algunas ya se nos ocurrieron:
Identificar las motos ruidosas y colocarle un corcho en el caño de escape.
Hacer reuniones masivas donde al grito de "Que explote el motor" invoquemos a San Siambreta para que haga realidad nuestro mantra.
Colocar detergente en los caños de escape, esto silenciaría las explosiones y además quedaría más bonito ver pasar una moto arrojando burbujas e intercambiando el ruido de PUM PAM RATATA PUM por PLOP PLOP PLOPLOP.
Pegarle unos martillazos al caño de escape para dejar la salida tan chiquita que solo pueda escucharse como el zumbido de un mosquito.
Quiero que se queden tranquilos que ARMAR, BARDO y yo nos estamos ocupando del tema.
